martes, 29 de enero de 2008

Psicosis 3 am

- yo no tengo nada para decir. No sabia nada de vos. Estaba preocupada. Llore desconsoladamente por horas seguidas. Vos no me atendías el teléfono, yo le gritaba al pobre tubo como si tuviera la culpa. Estaba desesperada, temblaba, me sentía absolutamente impotente de hacer algo y me asustaba pensar en lo que podía estar pasándote. Perdí la noción del tiempo completamente, me desoriente, perdí el norte. Miraba ingenuamente desesperada a mi alrededor en busca de algo, un objeto, (mira que tonta estaba) que pudiera salvarme de la situación. Empecé a ponerme muy paranoica y frenética que pensé que iba a llegar a volverme loca. La mirada se me empezó a perder y me empecé a sentir mareada, estaba parada y no tenía fuerzas ni para mover un solo pie; sentía que la cabeza me iba a estallar si no hacia algo para revertir la situación; totalmente despersonalizada y despojada de toda capacidad de pensamiento, con un miedo nunca visto ni en la película mas horrenda y escalofriante de Lynch, caminé muy pero muy lentamente, aunque temblando como si mi departamento estuviera pasando por una especie de turbulencia de alto riesgo, entre en la cocina, y con la mente total y determinantemente en blanco, abri el segundo cajon, agarre aquel fajón grande que usas para cortar la carne, y me lo hundí violentamente en el estomago. Grite de una manera tan exagerada que ningún sonido salió de mi boca; solo ese silencio aterrador del segundo siguiente a un grito de tal dimensión; los ojos se me llenaron de lagrimas de sangre, que me tiñeron la mirada de un rojo violento y sagaz. Cuando reconocí que tal agresión no era suficiente, con la fuerza que no me quedaba ni en la partícula mas pequeña de la retina del ojo, me retire el fajón de mi interior y lo volví a hundir provocando que mi cuerpo quede deformadamente tendido en el suelo, desangrándose completamente, segundo a segundo. La ultima imagen que visualice, fue la de Enrnestina, mi gata, lamiendo mi sangre desparramada por el suelo, a pocos centímetros de mi retina; el último segundo de vida que tuve, lo use para pensar en vos, y en como llegué desde aquel día que te mire por vez primera, a éste ultimo microsegundo de mi vida, cerrando los ojos por última vez, tirada en el piso de mi cocina, desangrada.


(texto escrito a partir de la frase dicha por una amiga: - yo no tengo nada para decir. No sabia nada de vos. Estaba preocupada. )

juan pi.

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